Trastevere es conocido como el barrio encantador de Roma situado del otro lado del río Tíber con un sinnúmero de pizzerías y restaurantes y lleno de estrechos callejones repletos de visitantes del mundo entero. Este sábado en la noche fuimos a lo que se puede llamar el corazón de este barrio, a Santa María en Trastevere, una Iglesia cuya historia se remonta al siglo IV.
La comunidad de Sant´Egidio había invitado a la Congregación General de los jesuitas a celebrar con ellos la Eucaristía y compartir una cena. Durante la bienvenida de parte de la comunidad resonaba una palabra: “simpatía”. Una simpatía que nace de un sentir común entre la comunidad de Sant´Egidio y la Compañía de Jesús, un deseo de paz y de servicio de la fe y de promoción de justicia.
Padre Arturo Sosa, el nuevo superior general de los jesuitas, en su homilía retomó la palabra de la primera lectura del libro de la sabiduría: “Dios es amigo de la vida” (Sab 11,26). Entonces somos llamados a ser también amigos de la vida, llamados a orar y trabajar por esta vida.
Después de la misa, durante la cena, los miembros de la comunidad de Sant´Egidio nos contaron de su vida y experiencia. Un miembro joven, que se casó hace poco, nos explicó algo de su vocación. Siendo estudiante de los últimos años del bachillerato comenzó a participar en algunas actividades de Sant´Egidio para los pobres de Roma. De ahí también iba a la oración y sentía que su vida se llenaba con sentido. Mientras más servía, más deseo tenía de orar, mientras más oraba, más se sentía llamado a servir. La comunidad es como un gran voluntariado. Me impresionó la definición que nos dio de la comunidad: “Sant´Egidio es oración y servicio a los pobres y trabajo por la paz: oración – pobres – paz, estas tres dimensiones van juntas.”
Me sorprendió lo que nos dijo sobre proyectos de desarrollo. Estos proyectos tienen su sentido, pero nos aclara: “No podemos hacernos amigos de los pobres, para decirles que esto es para seis meses o dos años, después vendrán otros proyectos. Los amigos no se pueden tener por un tiempo prefijado. Nuestro proyecto es hacernos amigos de los pobres dónde quiera que estemos”. Otra sorpresa era saber que la comunidad de Sant´Egidio está en tantos lugares, nos contaron de su presencia en Hongkong, Mozambique y Haití y unos 70 países más.
El trabajo por la paz es una de las características más sobresalientes de la comunidad. Vimos el salón donde el 4 de octubre del 1992, día de San Francisco de Asís, fue firmado el contrato de paz de Mozambique. San Francisco está muy presente en la espiritualidad de Sant´Egido. En estos días se celebraron los treinta años de la oración interreligiosa por la paz en Asís que se ha hecho famoso en el mundo entero. Oración, diálogo y servicio son caminos de paz. Somos llamados a colaborar entre jesuitas y Sant´Egido desde la fe en Aquel que es nuestra paz.









