Elevemos nuestra oración común al Padre, para que el Espíritu Santo ilumine y guíe las mentes y los corazones de los confiados a su de santificación.
Aleluya, Aleluya.
Que por medio del Espíritu de fortitud y sabiduría, conceda a todos los bautizados el coraje de proclamar que “Jesús es El Señor”, para que el mensaje de salvación dé frutos en los corazones de todos.
Que por medio del Espíritu de esperanza y buen consejo, fortalezca los Cristianos en una búsqueda sincera de la unidad, para que mediante oración constante y confianza sólo en el Señor, pronto puedan ver el complimiento de su deseo.
Que el Espíritu de santidad y fervor, conceda a la Compañía, por el ejemplo de sus mártires,
la gracia de dar testimonio del Evangelio hasta los últimos misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo.
Que por medio del Espíritu de conocimiento y de asombro en la presencia de Dios, guie los que tengan la responsabilidad de escoger a un nuevo sucesor a San Ignacio en un verdadero deseo de hacer tu santa voluntad, para que en esa sola voluntad podemos encontrar verdadera alegría y lo que es bueno para todo el cuerpo apostólico de la Compañía.
Que por medio del Espíritu de Caridad y de Hermandad, anime a los responsables por el gobierno de las naciones a buscar maneras de lograr paz y concordia, para que todos los pueblos puedan vivir en justicia y en libertad.
Que por medio del Espíritu de unidad y de gracia, nos une a todos en un solo cuerpo, mediante la comunión en sus santos misterios, para que al dar gracias siempre al Señor por los dones que hemos recibido, podamos dar testimonio a la belleza de nuestra vocación,
O Padre, quien ilumina todos los pueblos
con la llama viviente de tu Espíritu, escucha éstas nuestras oraciones de imploración
y concédenos la Sabiduría que viene de ti, para que podamos en todas las cosas buscar tu voluntad y sólo a tu luz escoger al que Tú has puesto delante de nosotros como sucesor de San Ignacio para guiar nuestra Compañía.
Lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amen