Es muy dif\u00edcil reconocer que fue en esta misma sala en la que elegimos al P Adolfo Nicolas como General de los jesuitas hace ya ocho a\u00f1os. El escenario ha cambiado bastante: mesas, iluminaci\u00f3n, tecnolog\u00eda\u2026 pero los lugares los hacen las personas, y hoy esta sala ha vivido con emoci\u00f3n la despedida del P. Nicol\u00e1s. Hemos escuchado con cari\u00f1o y gratitud sus palabras. Su simpat\u00eda y sentido del humor lo han hecho todo mucho m\u00e1s f\u00e1cil.<\/p>\n
Hace ocho a\u00f1os, en esta misma sala, tuve un fuerte sentimiento que ahora me atrevo a compartir. En el d\u00eda de la elecci\u00f3n del P. Nicol\u00e1s junto con una enorme alegr\u00eda, por unos instantes, sent\u00ed un gran miedo -parecido al p\u00e1nico- al pensar que est\u00e1bamos colocando sobre los hombros de un compa\u00f1ero una enorme carga. Y que lo ser\u00eda para el resto de su vida. La ceremonia de toma de posesi\u00f3n sigui\u00f3 con la emoci\u00f3n de los grandes acontecimientos, y aquella impresi\u00f3n de unos segundos desapareci\u00f3, a lo que se ve, para alojarse en alguna zona profunda de mi cerebro para despertarse hoy, mientras escuchaba al P. Nicol\u00e1s dirigirse a la Congregaci\u00f3n explicando con sencillez, y sinceridad, los motivos para solicitar que se le aceptara la renuncia. Y por unos instantes, he sentido con gran alivio para m\u00ed, que la misma obediencia a sus hermanos que le llev\u00f3 a aceptar el cargo le permit\u00eda hoy liberarse de la carga. Aunque no liberarse de la responsabilidad, porque el P. Nicol\u00e1s seguir\u00e1 siendo testigo alegre del Padre que quiere ponernos junto a su Hijo.<\/p>\n
\u00bfNo le pedimos demasiado a un compa\u00f1ero cuando le elegimos para ser General? Tal vez s\u00ed, pero tal vez son ellos los que tienen que responder a esta pregunta. Y el P. Nicol\u00e1s respondi\u00f3 entonces con determinaci\u00f3n y confianza, y as\u00ed ha sido su generalato. Nos ha recordado la necesidad de profundizar, alej\u00e1ndonos de las superficies confortables, si queremos dar respuesta adecuada a los problemas -inmensos- de nuestro tiempo. Nos ha insistido para que seamos como las jirafas, capaces de mirar lejos, de tener horizontes abiertos, de no vivir encerrados en lecturas cortas de la realidad. Nos ha recordado que el misterio de Dios se desvela en nuestra interioridad acompa\u00f1ada y, que ese mismo misterio, se proyecta en una humanidad que busca, sufre y anhela una esperanza que permanezca. Tal vez es cierto que le pedimos demasiado a un compa\u00f1ero, pero tambi\u00e9n es verdad que ellos lo dan todo. Sin reserva.<\/p>\n
Hoy, en un aula renovada, se ha vivido la misma serenidad, respeto y aprecio que aquel 19 de enero. Pero se ha vivido tambi\u00e9n algo m\u00e1s. El Se\u00f1or nos ha confirmado, no por nuestros m\u00e9ritos, sino por la generosidad y el servicio del P. Nicol\u00e1s. Y una vez m\u00e1s esta aula se ha convertido en humilde santuario, porque los lugares los hacen las personas.<\/p>\n
Jos\u00e9 Ignacio Garcia SJ<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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