{"id":2078,"date":"2016-09-27T15:52:50","date_gmt":"2016-09-27T13:52:50","guid":{"rendered":"http:\/\/gc36.test\/es\/?p=2078"},"modified":"2016-09-27T16:09:32","modified_gmt":"2016-09-27T14:09:32","slug":"que-nos-ha-dicho-el-papa-francisco-a-los-jesuitas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/gc36.test\/es\/que-nos-ha-dicho-el-papa-francisco-a-los-jesuitas\/","title":{"rendered":"\u00bfQu\u00e9 nos ha dicho el Papa Francisco a los jesuitas?"},"content":{"rendered":"

Aqu\u00ed est\u00e1 un art\u00edculo p. Royon escribi\u00f3 para la revista Manresa. Recoge todos los discursos que Francisco hizo cuando, durante sus viajes apost\u00f3licos, o audiencias, se reuni\u00f3 con los jesuitas.<\/span><\/em><\/p>\n

Introducci\u00f3n<\/strong><\/p>\n

Cuando este n\u00famero de la Revista Manresa<\/em> llegue a los lectores, faltar\u00e1n pocas semanas para que se inicie la Congregaci\u00f3n General 36 (CG 36) que elegir\u00e1 al sucesor del P. Adolfo Nicol\u00e1s al frente de la Compa\u00f1\u00eda de Jes\u00fas. Y evidentemente afrontar\u00e1 tambi\u00e9n importantes aspectos de la vida y misi\u00f3n de la Orden.<\/p>\n

Sin duda, el Papa recibir\u00e1 a los congregados y les dirigir\u00e1 una alocuci\u00f3n. Unas palabras que ser\u00e1n atentamente escuchadas y acogidas con \u201cgrande \u00e1nimo y liberalidad.\u201d Supondr\u00e1n para la Compa\u00f1\u00eda un nuevo impulso evangelizador, en fidelidad creativa, a su carisma e identidad.<\/p>\n

Pero Francisco ya ha tenido bastantes intervenciones dirigidas a los jesuitas en estos a\u00f1os de Pontificado. Lo ha hecho en ocasiones diversas. De este modo, la Compa\u00f1\u00eda que se re\u00fane en Congregaci\u00f3n General, de alguna manera, ya tiene un \u201cdiscurso previo\u201d del Papa Francisco, que puede serle inspirador y gu\u00eda desde el inicio. Un discurso \u201cprevio\u201d de un \u201chermano mayor,\u201d como La\u00ednez llamaba a Fabro (FN I, 104), pero de un hermano mayor que es Papa; a quien \u201ccon renovado impulso y fervor\u201d (CG 35, D. 1) ofrecemos nuestro carism\u00e1tico voto de obediencia, considerado desde la naciente Compa\u00f1\u00eda \u201ccomo nuestro principio y principal fundamento.\u201d (Fabro Memorial<\/em> 18. MHSI 63,162)<\/p>\n

Los Papas siempre han dirigido discursos importantes a las Congregaciones Generales; nos han hecho encargos misioneros y confirmado opciones apost\u00f3licas; han hecho \u201cmemoria\u201d de los n\u00facleos identitarios de nuestra espiritualidad y de la historia de la Compa\u00f1\u00eda; tambi\u00e9n nos han advertido de los posibles peligros y errores que podr\u00edamos correr, de c\u00f3mo hemos servido a la Iglesia y de c\u00f3mo \u00e9sta contin\u00faa contando con el servicio de los jesuitas. En la memoria de todos est\u00e1 el \u00faltimo de estos discursos pontificios: el de Benedicto XVI a la CG 35. (2008)<\/p>\n

En un discurso lleno de afecto, estima y cercan\u00eda espiritual, Benedicto XVI nos habl\u00f3 desde dentro de nuestra vocaci\u00f3n y espiritualidad y nos llev\u00f3 al centro de nuestra identidad. El discurso del Papa em\u00e9rito abr\u00eda una \u00e9poca nueva para la Compa\u00f1\u00eda en las relaciones de \u00e9sta con la Santa Sede. As\u00ed lo reconoc\u00eda la Congregaci\u00f3n en el Decreto \u201cCon renovado impulso y fervor<\/em>\u201d,<\/em> con que se abre el conjunto de los documentos de la citada Congregaci\u00f3n, donde se hace: \u201cuna llamada a todos los jesuitas a vivir con un coraz\u00f3n grande y con no menor generosidad lo que est\u00e1 en el coraz\u00f3n de nuestra vocaci\u00f3n: combatir por Dios bajo el estandarte de la cruz y servir s\u00f3lo al Se\u00f1or y a la Iglesia su Esposa, bajo el Romano Pont\u00edfice, Vicario de Cristo en la tierra.\u201d (D. 1, 9) La pr\u00f3xima Congregaci\u00f3n General, sin duda, examinar\u00e1, en la relaci\u00f3n sobre el \u201cestado de la Compa\u00f1\u00eda,\u201d si esta llamada apremiante ha tenido la respuesta adecuada en estos a\u00f1os.<\/p>\n

Con este discurso del Papa Benedicto se enlaza lo que he llamado \u201cdiscurso previo\u201d que componen las diversas alocuciones del Papa Francisco a los jesuitas. Se sit\u00faan en clara continuidad con \u00e9l. Hacen memoria agradecida de un pasado que es presente apasionado: las gracias del Se\u00f1or que nos han identificado y deben continuar identificando a la Compa\u00f1\u00eda. \u201cEstamos llamados a recuperar nuestra memoria, a hacer memoria, teniendo presente los beneficios recibidos y los dones particulares.\u201d[1]<\/a> (EE 234) Hace \u201cmemoria\u201d de ellas un Papa que es jesuita; pero que debe ser para nosotros Papa antes que jesuita; si otros Sumos Pont\u00edfices nos las han recordado, Francisco lo hace conoci\u00e9ndolas desde su propia configuraci\u00f3n como jesuita. Con cierta frecuencia, se reconoce expl\u00edcitamente jesuita y remite a s\u00ed mismo las reflexiones que nos hace. Expone con sencillez, casi en voz baja, pero sin disimulo, los grandes y fuertes rasgos de nuestra espiritualidad e identidad.<\/p>\n

\u00bfQu\u00e9 nos ha dicho el Papa? Este es el fin que me propongo al escribir este art\u00edculo, consciente, sin embargo, de la dificultad que ello encarna. Intentar\u00e9 ser lo m\u00e1s objetivo posible al presentar los temas tratados, aunque todos seleccionamos aquellos aspectos m\u00e1s concordes con nuestras sensibilidades teol\u00f3gicas, pastorales, sociales, incluso religiosas y espirituales. Pero ser\u00eda conveniente esforzarnos por acoger con amplitud de miras y generosidad de esp\u00edritu la totalidad de las reflexiones que el Papa nos ofrece, especialmente, cuando estas nos remiten a nuestro modo de vivir y a nuestra misi\u00f3n. En cualquier caso, ofrezco mi presentaci\u00f3n por si alguno se siente movido a \u201creleer\u201d, en la proximidad de la Congregaci\u00f3n General, los mensajes del Papa Francisco a sus hermanos jesuitas.<\/p>\n

\u00a0<\/strong>Centralidad de Cristo y la Iglesia<\/strong><\/p>\n

Quiz\u00e1s sea este binomio el n\u00facleo de sus intervenciones a los jesuitas. Incluso el m\u00e1s repetido. Plantea con claridad e insistencia la necesidad para el jesuita de estar \u201cdescentrado\u201d de s\u00ed para estar \u201ccentrado\u201d en Jesucristo y su Iglesia y as\u00ed ser enviado a ayudar a las \u00e1nimas. Una doble centralidad que es \u00fanica.<\/p>\n

Centralidad de Cristo<\/em><\/p>\n

El IHS<\/em><\/strong> tan caracter\u00edstico nos recuerda, dice Francisco en la fiesta de San Ignacio de 2013[2]<\/a>, una realidad que jam\u00e1s debemos olvidar: la centralidad de Cristo para cada uno y para toda la Compa\u00f1\u00eda. Jes\u00fas, el centro y la \u00fanica referencia; de ah\u00ed se deriva que cada jesuita y el cuerpo de la Compa\u00f1\u00eda debe estar siempre \u201cdescentrado,\u201d nunca convertirnos en \u201cautoreferenciales;\u201d este descentramiento nos lleva a tener ante los ojos \u201ca Dios siempre mayor\u201d que nos saca continuamente fuera de nosotros mismos, nos lleva a una cierta k\u00e9nosis<\/em>, a salir del \u201cpropio amor, querer e inter\u00e9s.\u201d (EE 189)<\/p>\n

A la proposici\u00f3n serena, pero esencial a nuestra vocaci\u00f3n, a\u00f1ade la sugerencia de un examen: una pregunta que no puede darse por descontada para nosotros, para todos nosotros: \u00bfes Cristo el centro de mi vida?, \u00bfpongo verdaderamente a Cristo en el centro de mi vida? No descarta que esta \u201ccentralidad\u201d existencial en Cristo est\u00e9 sometida a la tentaci\u00f3n de ambicionar hacernos centro. \u201cY entonces el jesuita se equivoca.\u201d Para Francisco est\u00e1 muy claro.<\/p>\n

La misma idea vuelve unos meses despu\u00e9s en la homil\u00eda de la fiesta del Sant\u00edsimo Nombre de Jes\u00fas (3 enero 2014). Nosotros jesuitas, dice, queremos ser galardonados con el nombre de Jes\u00fas y esto significa tener los mismos sentimientos de Cristo. Pero el coraz\u00f3n de Cristo es el coraz\u00f3n de un Dios, que por amor \u201cse vaci\u00f3\u201d. Cada uno de nosotros debe estar dispuesto a vaciarse de s\u00ed mismo. En esta ocasi\u00f3n usa el t\u00e9rmino \u201cvaciarse\u201d en lugar de \u201cdescentrarse,\u201d con referencia al himno cristol\u00f3gico de la carta a los Filipenses. (Flp 2, 5-11) Llamados a ser de los \u201cdespojados\u201d, comenta Francisco, hombres que no deben estar centrados en s\u00ed mismos porque el centro de la Compa\u00f1\u00eda es Cristo y su Iglesia. Y reclama la atenci\u00f3n sobre la consecuencia de alejarse de este \u201cdescentramiento\u201d: \u201cSi el Dios de las sorpresas no est\u00e1 en el centro, la Compa\u00f1\u00eda se desorienta.\u201d<\/p>\n

\u00bfCu\u00e1l es el camino para vivir esta doble centralidad? Se pregunta, y responde aludiendo a San Pablo y a Ignacio: dejarse conquistar por Cristo. El es el primero siempre. \u201cNos \u2018primerea\u2019.\u201d Y comenta una idea muy querida para Bergoglio: \u201cCuando nosotros llegamos, El ha llegado y nos espera.\u201d Y no puede por menos citar la meditaci\u00f3n del Reino de la segunda semana de Ejercicios: Cristo nuestro Se\u00f1or, Rey Eterno, llama a cada uno: \u201cquien quisiere venir conmigo, ha de trabajar conmigo\u2026\u201d (EE 95); ser conquistado por Cristo para ofrecer a este Rey toda nuestra persona y toda nuestra fatiga. (EE 96)<\/p>\n

En la entrevista al P. Spadaro, publicada en todas las revistas de la Compa\u00f1\u00eda en septiembre del 2013, se le pregunta c\u00f3mo la Compa\u00f1\u00eda puede servir a la Iglesia hoy, con qu\u00e9 rasgos peculiares, y cu\u00e1les son los riesgos que le pueden amenazar. La respuesta es larga y toca diversas cuestiones, pero las primeras palabras son claras: \u201cEl jesuita es un hombre descentrado. La Compa\u00f1\u00eda en s\u00ed misma est\u00e1 descentrada: su centro es Cristo y su Iglesia. Por tanto, si la Compa\u00f1\u00eda mantiene en el centro a Cristo y la Iglesia, tiene dos puntos de referencia en su equilibrio para vivir en la periferia. Pero si se mira demasiado a s\u00ed misma, si se pone a s\u00ed misma en el centro, sabi\u00e9ndose una muy s\u00f3lida y muy bien \u201carmada\u201d estructura, corre peligro de sentirse segura y suficiente.\u201d<\/p>\n

Sentirse \u201csegura y suficiente,\u201d dos peligros que amenazan a la Compa\u00f1\u00eda y contradicen, seg\u00fan el Papa, nuestra identidad, el \u201cser\u201d del jesuita; Francisco habla del jesuita y de toda la Compa\u00f1\u00eda; estar \u201cdescentrados\u201d no es solo una actitud propia de cada jesuita, sino del Cuerpo todo de la Compa\u00f1\u00eda. Una seguridad y una suficiencia corporativa que ha amenazado con frecuencia la historia de la Compa\u00f1\u00eda, contradice sus ra\u00edces m\u00e1s originarias y sus momentos m\u00e1s gloriosos por martiriales.<\/p>\n

Francisco nos lleva a nuestras ra\u00edces m\u00e1s identitarias: los Ejercicios Espirituales. En ellos se nos ense\u00f1a a pedir \u201cm\u00e1s amarle y seguirle,\u201d como expresi\u00f3n oracional de desear identificarse con Cristo pobre y humilde, que se formula en la meditaci\u00f3n de Dos Banderas con el deseo de \u201cser recibido bajo la bandera de su Hijo y Se\u00f1or.\u201d (EE 147) El Esp\u00edritu nos lleva a esa \u201ctercera manera de amor,\u201d s\u00edntesis de la m\u00edstica ignaciana en la identificaci\u00f3n con Cristo: \u201cpor imitar y parecer m\u00e1s actualmente a Cristo Nto. Se\u00f1or, quiero y elijo m\u00e1s pobreza con Cristo pobre que riqueza, opprobios con Cristo lleno de ellos que honores y desear m\u00e1s ser estimado por vano y loco por Cristo que por sabio y prudente de este mundo.\u201d (EE 167)<\/p>\n

Los ejercicios son una experiencia personal que \u201cconforma\u201d al jesuita con Aquel que le ha llamado a esta vocaci\u00f3n, pero su din\u00e1mica de imitaci\u00f3n y seguimiento de Cristo \u201cconfigura\u201d a todo el Cuerpo de la Compa\u00f1\u00eda en las Constituciones, como \u201ccamino\u201d para realizar el carisma ignaciano en la Iglesia. En ellas encontramos este deseo de que toda la Compa\u00f1\u00eda est\u00e9 \u201cconfigurada,\u201d con este Dios que se \u201cvaci\u00f3,\u201d se humill\u00f3, se encarn\u00f3 \u201csaliendo de s\u00ed,\u201d tomando la condici\u00f3n humana hasta morir en cruz. Ignacio tiene la osad\u00eda espiritual de presentar al que quiere entrar en la Compa\u00f1\u00eda, que su deseo deber\u00e1 ser \u201cpasar injurias, falsos testimonios, afrentas y ser tenido y estimado por loco por desear parecer e imitar en alguna manera a nuestro Criador y Se\u00f1or Jesucristo.\u201d (Co<\/em> 101)<\/p>\n

Esta \u201cconfiguraci\u00f3n\u201d de la Compa\u00f1\u00eda con Cristo se revela en la experiencia de La Storta<\/em>, interpretada desde el primer momento como una \u201cgracia corporativa,\u201d no simplemente como una gracia personal de Ignacio. Los elementos de la visi\u00f3n est\u00e1n centrados en la elecci\u00f3n de Ignacio y sus compa\u00f1eros, la Compa\u00f1\u00eda, por el Padre, para ser puestos <\/em>con el Hijo que carga con la cruz. Se nos concede la gracia de ser puestos debajo de la bandera de Cristo en pobreza y humildad. La CG 35 comenta a este prop\u00f3sito: \u201c\u2026 as\u00ed, Ignacio y sus compa\u00f1eros son constituidos \u201ccompa\u00f1eros de Jes\u00fas.\u201d \u201dLa ra\u00edz, pues, de su identidad hay que encontrarla en la experiencia de San Ignacio en La Storta.\u201d (D. 2, 2)<\/p>\n

La Compa\u00f1\u00eda estar\u00e1 \u201csegura\u201d y se sentir\u00e1 \u201csuficiente\u201d no mir\u00e1ndose a s\u00ed misma, sino cuando se viva \u201cdescentrada,\u201d con el deseo de estar \u201ccentrada\u201d en Cristo; con el deseo de conformarse con el Cristo pobre y humilde de los Ejercicios, con el Dios encarnado en Jes\u00fas de Nazaret, el mayor modelo de \u201cdescentramiento\u201d de la historia. Esta es la identidad de la Compa\u00f1\u00eda, que el Papa nos recuerda con tanta claridad e insistencia.<\/p>\n

Y cuando Ignacio y sus compa\u00f1eros, quisieron presentar a la Iglesia, para su aprobaci\u00f3n, una s\u00edntesis de su identidad, en la Formula del Instituto, <\/em>no dudaron en poner a Dios en el centro; la primera preocupaci\u00f3n del jesuita debe ser \u201ctener presente ante los ojos, mientras viva, primero a Dios\u201d<\/em>, curet primo Deum. <\/em>Aqu\u00ed nos trae el Papa Francisco casi con las mismas palabras. A la vez, se acent\u00faa en\u00e9rgicamente la cruz para definir esa identidad: \u201ctodo el que quiera militar para Dios bajo el estandarte de la cruz en nuestra Compa\u00f1\u00eda\u2026\u201d que ha sido fundada para \u201cservir solamente al Se\u00f1or y a su Esposa la Iglesia bajo el Romano Pont\u00edfice, Vicario de Cristo en la tierra.\u201d[3]<\/a><\/p>\n

Este es el mensaje del Papa. Si el jesuita y la misma Compa\u00f1\u00eda se sit\u00faan en el centro, se miran a s\u00ed mismos, el Papa no duda en decirnos que nos estamos equivocando, que nos desorientamos, que estamos corriendo el peligro de sentirnos \u201cseguros\u201d y \u201csuficientes\u201d en nosotros mismos; que estamos construyendo sobre arena, lejos de la roca de Cristo y su Iglesia. As\u00ed la F\u00f3rmula<\/em> advierte de la necesidad de examen para desenmascarar los enga\u00f1os: \u201cponderen despacio y a fondo si tienen tanto caudal de bienes espirituales que puedan dar cima a la construcci\u00f3n de esta torre.\u201d Porque se trata de actitudes fundamentales, \u201cvirtudes s\u00f3lidas y perfectas,\u201d \u00a0que exigen vivir en tensi\u00f3n entre el \u201cdescentramiento\u201d de nuestro \u201cyo\u201d y el \u201ccentramiento\u201d en Jesucristo y su Iglesia; si se mantiene, con la gracia del Se\u00f1or, esta \u201ctensi\u00f3n,\u201d ser\u00e1 posible el discernimiento, personal y apost\u00f3lico, la discreta caritas, la disponibilidad, la fuerza del \u201cmagis<\/em>\u201d para un mayor y mejor servicio misionero, la vivencia de una amistad entre \u201ccompa\u00f1eros de Jes\u00fas\u201d, notas que nos identifican y garantizan \u201cconservar y aumentar todo este cuerpo en su buen ser.\u201d (Co<\/em> 812)<\/p>\n

El Papa Francisco ha recordado a la Compa\u00f1\u00eda uno de sus momentos m\u00e1s gloriosos por su humillaci\u00f3n e identificaci\u00f3n con Cristo. En las V\u00edsperas solemnes del 27 septiembre del 2014, en el bicentenario de la restauraci\u00f3n de la Compa\u00f1\u00eda, dec\u00eda: \u201cLa Compa\u00f1\u00eda \u2013y esto es hermoso\u2013 vivi\u00f3 el conflicto hasta sus \u00faltimas consecuencias, sin reducirlo: vivi\u00f3 la humillaci\u00f3n con Cristo humillado, obedeci\u00f3. Y esto honr\u00f3 a la Compa\u00f1\u00eda, no ciertamente el encomio de sus m\u00e9ritos. As\u00ed ser\u00e1 siempre. Recordemos nuestra historia: a la Compa\u00f1\u00eda se le ha concedido, \u2018gracias a Cristo, no s\u00f3lo el don de creer en El, sino tambi\u00e9n el de sufrir por \u00c9l\u2019 (Flp 1,29). Nos hace bien recordar esto.\u201d<\/p>\n

Al servicio de la Iglesia<\/em><\/p>\n

A esta centralidad de Cristo est\u00e1 unida la centralidad de la Iglesia; y Francisco lo expresa con una met\u00e1fora: \u201cSon dos fuegos que no se pueden separar.\u201d [4]<\/a> No es posible estar centrado en Cristo sin estar centrado en la Iglesia. Y parte de una afirmaci\u00f3n para todo cristiano: no se puede seguir a Cristo sino en<\/em> la Iglesia y con<\/em> la Iglesia, y la aplica en concreto a los jesuitas: \u201cTambi\u00e9n en este caso nosotros, jesuitas, y toda la Compa\u00f1\u00eda no estamos en el centro; estamos, por as\u00ed decirlo \u201cdesplazados,\u201d estamos al servicio de Cristo y de la Iglesia, la Esposa de Cristo nuestro Se\u00f1or, que es nuestra Santa Madre Iglesia Jer\u00e1rquica.\u201d(EE 353)[5]<\/a><\/p>\n

A esta afirmaci\u00f3n tan ignaciana se refiri\u00f3 tambi\u00e9n en la carta que escribi\u00f3 al P. General el 16 de marzo de 2013, a los tres d\u00edas de su elecci\u00f3n; le agradece la plena disponibilidad \u201cpara seguir sirviendo incondicionalmente a la Iglesia y al Vicario de Cristo, seg\u00fan el precepto de San Ignacio.\u201d Y unas l\u00edneas despu\u00e9s ofrece su oraci\u00f3n por todos los jesuitas para que \u201cfieles al carisma recibido\u2026 puedan ser testimonio de una vida enteramente entregada al servicio de la Iglesia, Esposa de Cristo\u2026\u201d. Francisco hace \u201cmemoria\u201d de nuestro \u201cprincipio y principal fundamento.\u201d No puede pasar desapercibido este primer mensaje de un Papa jesuita a la Compa\u00f1\u00eda; no son meras expresiones formales, ni es una carta de pura cortes\u00eda. Nos recuerdan el n\u00facleo m\u00e1s identitario de nuestra vocaci\u00f3n. La carta es breve y casi toda ella dedicada a recordar nuestra especial relaci\u00f3n con la Iglesia y el Romano Pont\u00edfice. No se hace referencia expl\u00edcita al cuarto voto, solo se insin\u00faa: \u201cseg\u00fan el precepto de San Ignacio;\u201d pero se repite la idea de servicio: \u201cseguir sirviendo <\/em>incondicionalmente a la Iglesia y al Vicario de Cristo\u2026 una vida enteramente entregada al servicio<\/em> de la Iglesia Esposa de Cristo.\u201d<\/p>\n

En la homil\u00eda en la festividad de San Ignacio del 2013, insiste en que se trata de una \u00fanica \u201ccentralidad\u201d con dos dimensiones. Desde aqu\u00ed puede afirmar con rotundidad: \u201cServir a Cristo es amar a esta Iglesia concreta, y servirla con generosidad y esp\u00edritu de obediencia.\u201d Por eso el jesuita ser\u00e1 un hombre enraizado y fundado en la Iglesia: as\u00ed nos quiere Jes\u00fas. Va de una a otra dimensi\u00f3n con naturalidad; servir a Cristo es amar a la Iglesia; seguir a Cristo s\u00f3lo es posible en y con la Iglesia; enraizado en la Iglesia es el deseo del Se\u00f1or. Y se ama y sirve a una Iglesia concreta e hist\u00f3rica; Ignacio inculca amar la Iglesia peregrina en este mundo, sometida a la tentaci\u00f3n, formada por d\u00e9biles y pecadores, necesitados de la misericordia del Padre. En la citada entrevista con el P. Spadaro, Francisco expone su imagen de Iglesia: \u201cEs la de pueblo santo, fiel a Dios.\u201d Sentir con la Iglesia, para el Papa Francisco, quiere decir estar en medio de ese pueblo. \u201cEs la experiencia de la \u2018santa madre Iglesia Jer\u00e1rquica\u2019 de la Iglesia, como pueblo de Dios, pastores y pueblo juntos. La Iglesia es la totalidad del pueblo de Dios.\u201d<\/em><\/p>\n

Plantea con claridad un principio de actuaci\u00f3n del jesuita y la Compa\u00f1\u00eda en la Iglesia: \u201cNo puede haber caminos paralelos o aislados.\u201d[6]<\/a> No valen, pues \u201catajos\u201d construidos por nosotros mismos, donde sentirnos \u201cseguros\u201d y \u201csuficientes;\u201d ni miradas al mundo desde nuestro centro. Aqu\u00ed se presentar\u00e1 la tentaci\u00f3n, cuando intentemos decidir desde \u201cnuestro propio centro\u201d y no desde el \u201ccentro\u201d de Cristo y de su Iglesia. Entonces perderemos la capacidad de discernir apost\u00f3licamente: saber c\u00f3mo quieren Dios y la Iglesia servirse de la Compa\u00f1\u00eda, como de examinar y decirnos en verdad c\u00f3mo estamos, d\u00f3nde tenemos puesta nuestra mirada, cu\u00e1les son nuestros horizontes.<\/p>\n

La Compa\u00f1\u00eda estar\u00e1 en tantos campos apost\u00f3licos, pero siempre en<\/em> la Iglesia, \u201ccon esta pertenencia que nos da el valor para ir adelante.\u201d Y el Papa se refiere a la investigaci\u00f3n y a las periferias: \u201cS\u00ed, caminos de investigaci\u00f3n, caminos creativos, s\u00ed; ir hacia las periferias, las muchas periferias. Para esto se requiere mucha creatividad, pero siempre en la Iglesia.\u201d Nos anima a estar presente en dos horizontes importantes y actuales de misi\u00f3n: la investigaci\u00f3n y las periferias en cualquiera de sus modalidades, y desarrollar en ellas mucha creatividad, pero siempre \u201cen la Iglesia,\u201d \u201cevitando la enfermedad espiritual de la autorreferencialidad.\u201d Y para dar fuerza a su afirmaci\u00f3n respecto a la Compa\u00f1\u00eda a\u00f1ade: \u201cTambi\u00e9n la Iglesia, cuando se vuelve autorreferencial, se enferma, envejece.\u201d[7]<\/a><\/p>\n

Presenta otro modo de servir a la Iglesia: servir al Romano Pont\u00edfice, colaborar con su ministerio. En la celebraci\u00f3n del bicentenario de la restauraci\u00f3n de la Compa\u00f1\u00eda, alude a las palabras del Papa P\u00edo VII en la Bula de Restauraci\u00f3n, donde pide a los jesuitas que sean \u201cremeros expertos y valerosos\u201d [8]<\/a> y a continuaci\u00f3n Francisco invita a los jesuitas: \u201cRemad, sed fuertes, incluso con viento contrario. Rememos al servicio de la Iglesia. Rememos juntos.\u201d Nos invita, pues, a remar con \u00e9l, porque \u201ctambi\u00e9n la barca de Pedro puede ser sacudida hoy.\u201d Remad, aunque es \u201cfatigoso remar.\u201d El servicio que Francisco nos pide se concretiza en<\/em> la Iglesia y ayudando al Romano Pont\u00edfice: \u201cremando con \u00e9l.\u201d<\/p>\n

Es una idea que se engarza con lo que tantos Papas han pedido a la Compa\u00f1\u00eda, pero que tuvo un especial relieve en el discurso del Papa Em\u00e9rito a la CG 35. El Papa Benedicto nos repiti\u00f3 que cuenta con la Compa\u00f1\u00eda, que desea tenernos como sus leales colaboradores; y nos apremi\u00f3 a realizar el importante y dif\u00edcil servicio de \u201chaceros cargo lealmente del deber fundamental de la Iglesia de mantenerse fiel a su mandato de adherirse totalmente a la Palabra de Dios, as\u00ed como de la misi\u00f3n del Magisterio de conservar la verdad y la unidad de la doctrina cat\u00f3lica en su totalidad.\u201d(nn. 2, 5)<\/p>\n

Perfil del jesuita<\/strong>\u00a0\u00a0 <\/strong><\/p>\n

En sus intervenciones, Francisco va trazado lo que podr\u00edamos llamar el \u201cperfil\u201d del jesuita. Su punto de partida es la s\u00edntesis de su identidad: el jesuita es un hombre \u201cdescentrado\u201d de s\u00ed mismo y \u201ccentrado\u201d en Jesucristo y en la Iglesia.<\/p>\n

Un hombre pecador<\/em><\/p>\n

Impresiona la respuesta que Francisco da al P. Spadaro cuando le pregunta \u00bfqui\u00e9n es Jorge Mario Bergoglio?: \u201cYo soy un pecador\u201d. Y remacha la respuesta: \u201cY no se trata de un modo de hablar o un g\u00e9nero literario. Soy un pecador.\u201d Y unas l\u00edneas despu\u00e9s: \u201cSoy un pecador en quien el Se\u00f1or ha puesto los ojos\u201d y repite: \u201cSoy alguien que ha sido mirado por el Se\u00f1or.\u201d A los jesuitas nos viene a la memoria las palabras de la CG 32, cuando se pregunta tambi\u00e9n \u201c\u00bfQu\u00e9 significa ser jesuita? Reconocer que uno es pecador y, sin embargo, llamado a ser compa\u00f1ero de Jes\u00fas.\u201d (D. 2, 1) El P. Bergoglio asisti\u00f3 a esta Congregaci\u00f3n y sin duda estas palabras resuenan en su coraz\u00f3n; se est\u00e1 definiendo como un jesuita. En la homil\u00eda de la fiesta de San Ignacio del 2013, afronta la \u201cverg\u00fcenza del jesuita.\u201d Contemplando al Cristo crucificado, en la primera semana de ejercicios, nos embarga ese sentimiento tan humano y tan noble que es la verg\u00fcenza de no estar a la altura. \u201cY esto nos lleva siempre, individualmente y como Compa\u00f1\u00eda, a la humildad, a vivir esta gran virtud\u2026 humildad que nos impulsa a ponernos por entero no a nuestro servicio o al de nuestras ideas, sino al servicio de Cristo y de la Iglesia, como vasijas de barro, fr\u00e1giles, inadecuados, insuficientes, pero en las cuales hay un tesoro inmenso que llevamos y comunicamos.\u201d<\/p>\n

No habla de una \u201chumildad\u201d que se confunde o expresa en unos actos piadosos, se refiere a la humildad que nos identifica con Jesucristo pobre y humillado, con el Dios encarnado y muerto en la cruz, o cuando hay que vivir incomprensiones, o cuando se es objeto de equ\u00edvocos y calumnias; pero es la actitud m\u00e1s fecunda. Y cita los ritos chinos, los ritos malabares, las reducciones del Paraguay, y las incomprensiones y problemas vividos aun en tiempo reciente.[9]<\/a><\/p>\n

Esta humildad atraviesa toda la espiritualidad de la Compa\u00f1\u00eda y tiene su expresi\u00f3n en esos dos t\u00e9rminos aparentemente contradictorios que integran tambi\u00e9n su identidad: \u201cmagis<\/em>\u201d y \u201cm\u00ednima<\/em>.\u201d Los dos son correlativos y s\u00f3lo tienen sentido integrados. El \u201cm\u00e1s\u201d ignaciano es siempre deseo de respuesta: \u201cm\u00e1s amarle y seguirle\u201d, que lleva al jesuita, a desear m\u00e1s pobreza y humillaciones que riqueza y honores, por m\u00e1s imitar y seguir a Jesucristo. El \u201cm\u00e1s\u201d integra el \u201cmenos\u201d y se realiza en el \u201cdisminuir\u201d, que es la verdadera humildad. La Compa\u00f1\u00eda es \u201cm\u00ednima\u201d en su identidad porque esta implica \u201cser puesta bajo<\/em>\u2026 y para servir\u2026\u201d. <\/em>Y el \u201cmagis\u201d apost\u00f3lico est\u00e1 compuesto de b\u00fasqueda, gratuidad y disponibilidad que nos llevan a \u201cdisminuir,\u201d a no ser centros, a salir de nuestras seguridades y \u201cponer en El solo nuestra esperanza.\u201d (Co<\/em> 812)<\/p>\n

Un hombre de pensamiento abierto, de grandes deseos, siempre en b\u00fasqueda<\/em><\/p>\n

En la citada entrevista al P. Spadaro, el Papa afirmar\u00e1 que el jesuita es un hombre de \u201cpensamiento incompleto, de pensamiento abierto.\u201d Y formula la raz\u00f3n: \u201cEl jesuita piensa, siempre y continuamente, con los ojos puestos en el horizonte hacia el que debe caminar, teniendo a Cristo en el centro. Esta es su verdadera fuerza.\u201d Efectivamente, su \u201cdescentramiento,\u201d dice, le hace estar en b\u00fasqueda, ser creativo, generoso.<\/p>\n

Vuelve a esta idea en la homil\u00eda de la festividad del Sant\u00edsimo Nombre de Jes\u00fas, 3 enero 2014. Hombres en b\u00fasqueda porque \u201cpiensan mirando al horizonte que es la gloria de Dios siempre mayor, que nos sorprende sin pausa. Y \u00e9sta es la inquietud de nuestro abismo. \u00a1Esta santa y bella inquietud!\u201d En el discurso a la Gregoriana a\u00f1ade: \u201chaci\u00e9ndose cargo del presente y mirando al futuro con creatividad e imaginaci\u00f3n, tratando de tener una visi\u00f3n global de la situaci\u00f3n y de los desaf\u00edos actuales y un modo compartido de afrontarlos, encontrando caminos nuevos sin miedo.\u201d[10]<\/a> Francisco tiene muy presente aquello que m\u00e1s caracteriza a San Ignacio y a su espiritualidad: la b\u00fasqueda de la voluntad de Dios, tan pl\u00e1sticamente expresada en la Autobiograf\u00eda<\/em> al definirse como el peregrino. <\/em>La inquietud del coraz\u00f3n, porque Dios es sorpresa, que se pregunta: qu\u00e9 quiere Dios de m\u00ed. Aqu\u00ed encuentra sentido, el fin \u00faltimo del proceso espiritual de los ejercicios, el fruto de la larga formaci\u00f3n del jesuita para aprender a buscar y hallar a Dios en todas las cosas, encontrar su voluntad, el objetivo de esa herramienta tan ignaciana del discernimiento.<\/p>\n

El Papa nos est\u00e1 llevando a \u201cdonde los primeros llegaron\u201d para reavivar el don y con la gracia, llegar \u201cm\u00e1s adelante en el Se\u00f1or nuestro.\u201d(Co<\/em> 81) Y al Proemio<\/em> de las Constituciones que nos invita a regirnos m\u00e1s que por las Reglas y las observancias externas \u201cpor la interior ley de la caridad y amor que el Esp\u00edritu Santo escribe e imprime en los corazones.\u201d (Co <\/em>134) Y una vez m\u00e1s el Papa nos pone delante el examinar, para no enga\u00f1arnos: \u201cSi nuestro coraz\u00f3n ha conservado la inquietud de la b\u00fasqueda o si, en cambio, se ha atrofiado; si nuestro coraz\u00f3n est\u00e1 siempre en tensi\u00f3n: un coraz\u00f3n que no se acomoda, no se cierra en s\u00ed mismo, sino que late al ritmo de un camino que se realiza junto a todo el pueblo fiel de Dios.\u201d No se trata de una inquietud solo espiritual, sino \u201cuna inquietud tambi\u00e9n apost\u00f3lica\u2026 Es la inquietud que nos prepara para recibir el don de la fecundidad apost\u00f3lica. Sin inquietud somos est\u00e9riles.\u201d Y de nuevo advierte: \u201cQue nuestra mirada bien fija en Cristo, sea prof\u00e9tica y din\u00e1mica hacia el futuro: de este modo permanecer\u00e9is siempre j\u00f3venes y audaces en la lectura de los acontecimientos.\u201d[11]<\/a><\/p>\n

Y presenta a Fabro con este rasgo: esp\u00edritu inquieto, indeciso, jam\u00e1s satisfecho, que aprende, con la gu\u00eda de Ignacio, a unir su sensibilidad inquieta pero dulce, con la capacidad de tomar decisiones. Hombre de grandes deseos, de grandes aspiraciones. En los deseos Fabro pod\u00eda discernir la voz de Dios. Y a\u00f1ade el aspecto apost\u00f3lico de estos deseos: \u201cUna fe aut\u00e9ntica implica siempre un profundo deseo de cambiar el mundo.\u201d Alude el Papa a las Constituciones: \u201cSe ayuda al pr\u00f3jimo con los deseos presentados a Dios Nto. Se\u00f1or.\u201d (Co<\/em> 638) Efectivamente, Ignacio, exhorta con mucha frecuencia en los Ejercicios, en su epistolario y en las Constituciones[12]<\/a> a que se fomenten \u201clos buenos y grandes deseos,\u201d y que se concentren en Jesucristo. Lo hab\u00eda experimentado en s\u00ed mismo en su proceso espiritual y lo vemos expresado en el Diario<\/em> y en la Autobiograf\u00eda.<\/em><\/p>\n

Francisco nos pregunta mirando a Fabro: \u201c\u00bfTambi\u00e9n nosotros tenemos grandes visiones e impulsos? \u00bfTambi\u00e9n nosotros somos audaces? \u00bfVuela alto nuestro sue\u00f1o? \u00bfNos devora el celo? \u00bfO, en cambio, somos mediocres y nos conformamos con nuestras programaciones de laboratorio?\u201d[13]<\/a>. Alude en esta misma homil\u00eda a la Iglesia como referencia para la Compa\u00f1\u00eda: \u201cRecord\u00e9moslo siempre: la fuerza de la Iglesia no est\u00e1 en ella misma y en su capacidad de organizaci\u00f3n, sino que se oculta en las aguas profundas de Dios. Y estas aguas agitan nuestros deseos y los deseos ensanchan el coraz\u00f3n.\u201d<\/p>\n

Hombres de fronteras<\/em><\/p>\n

En la audiencia a La Civilt\u00e0 Cattolica, <\/em>nos define ya como hombres de fronteras: \u201cVuestro lugar propio son las fronteras. Este es el sitio de los jesuitas. \u2026 Por favor, sed hombres de fronteras, con esa capacidad que viene de Dios.\u201d No falta nunca en el Papa esa alusi\u00f3n al centro de la identidad del jesuita, de donde solo pueden brotar estas notas de su \u201cperfil.\u201d Pero adem\u00e1s, matiza c\u00f3mo ir a las fronteras: \u201cNo caig\u00e1is en la tentaci\u00f3n de domesticar las fronteras: se debe ir hacia las fronteras y no llevar las fronteras a casa para barnizarlas un poco y domesticarlas.\u201d Y de nuevo la misi\u00f3n del jesuita como servicio a la Iglesia: \u201cSe trata de sostener la acci\u00f3n de la Iglesia en todos los campos de su misi\u00f3n.\u201d<\/p>\n

Y en la entrevista al P. Spadaro, clarifica un poco m\u00e1s su pensamiento sobre las fronteras. \u201c\u2026me refiero a la necesidad que tiene el hombre de cultura de estar inserto en el contexto que act\u00faa y sobre el que reflexiona.\u201d Evidentemente se est\u00e1 refiriendo al trabajo de los pensadores y escritores. Pero amplia su pensamiento y afirma: \u201cNos acecha siempre el peligro de vivir en laboratorio\u2026 me dan miedo los laboratorios porque en el laboratorio se toman los problemas y se los lleva uno a su casa fuera de su contexto, para domesticarlos, para darles un barniz. No hay que llevarse la frontera a casa, sino vivir en frontera y ser audaces.\u201d La fe es siempre una fe inculturada, una fe camino, una fe historia; Dios se ha encarnado revel\u00e1ndose en una historia concreta. Alude aqu\u00ed al Padre Arrupe y su carta a los CIAS (Centros de Investigaci\u00f3n y Acci\u00f3n Social) calific\u00e1ndola como \u201cgenial,\u201d en la que dice claramente que no se puede hablar de pobreza si no se la experimenta. [14]<\/a><\/p>\n

En la celebraci\u00f3n del bicentenario de la restauraci\u00f3n de la Compa\u00f1\u00eda resume el trabajo de la Compa\u00f1\u00eda en las fronteras de nuestro tiempo: refugiados y pr\u00f3fugos, integraci\u00f3n del servicio de la fe y la promoci\u00f3n de la justicia,[15]<\/a> y recuerda, haci\u00e9ndolas suyas, las palabras de Pablo VI a la CG 32, (1974\/75) que \u00e9l mismo escuch\u00f3: \u201cDondequiera que en la Iglesia, incluso en los campos m\u00e1s dif\u00edciles y en vanguardia, en las encrucijadas de las ideolog\u00edas, en las trincheras sociales, donde ha habido y hay enfrentamientos entre las exigencias estimulantes del hombre y el mensaje perenne del Evangelio, all\u00ed han estado y est\u00e1n los jesuitas.\u201d Y Francisco a\u00f1ade: \u201cSon palabras prof\u00e9ticas del futuro Beato Pablo VI.\u201d Efectivamente, tambi\u00e9n el Papa Benedicto recogi\u00f3 estas exigentes y animadoras palabras del Papa Montini, en su discurso a la CG 35. (n. 2) Tres Papas han enviado el mismo mensaje a la Compa\u00f1\u00eda. Palabras de confianza y est\u00edmulo, pero tambi\u00e9n de fuerte exigencia porque implican responder a ellas como lo pide el sentido eclesial de nuestra vocaci\u00f3n.<\/p>\n

Hombres de di\u00e1logo<\/em><\/p>\n

En el discurso a \u201cLa Civilt\u00e0 Cattolica<\/em>,\u201d recorre su historia de defensa y fidelidad a la Iglesia y les recomienda que su \u201ctarea principal no es construir muros, sino puentes; es la de establecer un di\u00e1logo con todos los hombres, tambi\u00e9n con quienes no comparten la fe cristiana\u2026 y hasta aquellos que se oponen a la Iglesia y la persiguen de varias manera (GS 92).\u201d Es necesario bajar las defensas y abrir las puertas para dialogar. Y les anima a seguir dialogando con las instituciones culturales, sociales, pol\u00edticas para trabajar por el bien com\u00fan. La figura de su modelo de jesuita vuelve a hacerse presente; cuando el Papa lee estas palabras de Fabro: \u201cQuien quisiere aprovechar a los herejes de este tiempo ha de tener mucha caridad con ellos y amarlos in veritate<\/em>\u201d comunicando \u201ccon ellos familiarmente,\u201d[16]<\/a> no puede extra\u00f1ar que le impresione y comente: \u201cDialoga con todos, a\u00fan con los m\u00e1s lejanos y con los adversarios.\u201d[17]<\/a><\/p>\n

Un hombre de discernimiento<\/em><\/p>\n

Lo rese\u00f1ado parece estar pidiendo que el jesuita sea un hombre con el don del discernimiento, que \u201cintenta reconocer la presencia del Esp\u00edritu de Dios en la realidad humana y cultural, la semilla ya plantada de su presencia en los acontecimientos, en las sensibilidades, en los deseos, en las tensiones profundas de los corazones y de los contextos sociales, culturales y espirituales.\u201d As\u00ed define el Papa Francisco el discernimiento espiritual, \u201cese tesoro de los jesuitas.\u201d[18]<\/a> Y comenta que le impresionaron las observaciones de Rahner cuando dec\u00eda que \u201cel jesuita es un especialista en el discernimiento en el campo de Dios y tambi\u00e9n en el campo del diablo\u201d. No hay que tener miedo, dice el Papa, de proseguir en el discernimiento para hallar la verdad.<\/p>\n

Cuando el P. Spadaro le pregunta: \u00bfqu\u00e9 aspecto de la espiritualidad ignaciana le ayuda m\u00e1s a vivir su ministerio? Francisco responde: el discernimiento, una de las cosas que Ignacio ha elaborado m\u00e1s interiormente. \u201cPara \u00e9l, es un instrumento para conocer mejor al Se\u00f1or y seguirle m\u00e1s de cerca,\u201d que requiere tiempo; \u201csoy de la opini\u00f3n de que se necesita tiempo para poner las bases de un cambio verdadero y eficaz. Se trata del tiempo del discernimiento.\u201d Pero a\u00f1ade que a veces el discernimiento empuja a hacer ya lo que hab\u00edamos pensado dejar para m\u00e1s adelante. Por otra parte, nos libra de la necesaria ambig\u00fcedad de la vida y hace que encontremos los medios, que no siempre se identificar\u00e1n con lo que parece grande o fuerte.<\/p>\n

En la celebraci\u00f3n del bicentenario de la restauraci\u00f3n, hace observaciones muy precisas sobre el discernimiento: \u201cEn un tiempo de confusi\u00f3n y desconcierto\u2026 en la confusi\u00f3n y en la humillaci\u00f3n, la Compa\u00f1\u00eda prefiri\u00f3 vivir el discernimiento de la voluntad de Dios, sin buscar un modo de salir del conflicto en una condici\u00f3n aparentemente tranquila. O al menos elegante. No lo hizo.\u201d<\/p>\n

En otras alocuciones expone, como de pasada, las condiciones para que haya de veras discernimiento espiritual. Por ejemplo, alude a la recta intenci\u00f3n, a una mirada sencilla, que se realiza siempre en la presencia del Se\u00f1or, sin perder de vista los signos, escuchando lo que sucede, el sentir de la gente, sobre todo de los pobres. [19]<\/a> A prop\u00f3sito de la supresi\u00f3n de la Compa\u00f1\u00eda, refiere que el P. Ricci habl\u00f3 de los pecados de los jesuitas. Porque el discernimiento no busca la \u201ccomponenda\u201d f\u00e1cil, salva del verdadero desarraigo, de la verdadera \u201csupresi\u00f3n\u201d del coraz\u00f3n, que es el ego\u00edsmo, la mundanidad, la perdida de nuestro horizonte, de nuestra esperanza, que es Jes\u00fas, que es solo Jes\u00fas, al buscar lo que Dios quiere.<\/p>\n

Conclusi\u00f3n<\/strong><\/p>\n

La conclusi\u00f3n podr\u00eda ser una reflexi\u00f3n breve sobre el c\u00f3mo <\/em>nos ha dicho lo que nos ha dicho en ese \u201cdiscurso previo.\u201d En la entrevista al P. Spadaro, Francisco dice que \u201cde la Compa\u00f1\u00eda se puede hablar solamente en forma narrativa.\u201d Y a\u00f1ade \u201csolo en la narraci\u00f3n se puede hacer discernimiento.\u201d Efectivamente, nos ha \u201cnarrado\u201d la identidad de la Compa\u00f1\u00eda con claridad e insistencia: centrada en Cristo y en la Iglesia: \u201ccombatir por Dios bajo el estandarte de la cruz y servir s\u00f3lo al Se\u00f1or y a la Iglesia su Esposa, bajo el Romano Pont\u00edfice\u201d. Nos lo ha \u201cnarrado\u201d para que nosotros, haciendo \u201cmemoria,\u201d nos situemos en actitud de discernimiento: y agradeciendo tanto bien recibido, examinemos si estamos en ese \u201ccentro\u201d y \u201cdescentrados\u201d deseamos vivir bajo la bandera de Jes\u00fas; s\u00f3lo as\u00ed podremos conocer c\u00f3mo y en qu\u00e9 quiere servirse el Se\u00f1or y su Iglesia de esta su \u201cm\u00ednima\u201d Compa\u00f1\u00eda.<\/p>\n

En su lenguaje narrativo no se pierde en lo accesorio. Nos lleva, como en una serena conversaci\u00f3n con sus hermanos jesuitas, a los or\u00edgenes, a donde se formula el don del Esp\u00edritu a la Iglesia a trav\u00e9s de ellos; y muy ignacianamente se pregunta, como jesuita que se reconoce, y nos pregunta por nuestra vida y misi\u00f3n en referencia a ese n\u00facleo de la identidad.<\/p>\n

A ejemplo de Fabro, nos ha hablado con dulzura, con fraternidad, con amor, en verdad, como \u201cun hermano mayor\u201d y como \u00e9l, nos ha invitado a experimentar el deseo de \u201cdejar que Cristo ocupe el centro del coraz\u00f3n,\u201d (Memorial 68) porque \u201csolo si se est\u00e1 centrado en Dios es posible ir hacia las periferias del mundo.\u201d[20]<\/a><\/p>\n

El\u00edas Roy\u00f3n, sj<\/em><\/p>\n

[1]<\/a> V\u00edsperas y Te Deum en el bicentenario de la restauraci\u00f3n de la Compa\u00f1\u00eda, 27 septiembre 2014.<\/p>\n

[2]<\/a> Homil\u00eda en la fiesta de San Ignacio, 31 julio 2013.<\/p>\n

[3]<\/a> F\u00f3rmulas del Instituto 1539, 1540, 1550. FI, MCo <\/em>I, 373-383.<\/p>\n

[4]<\/a> Homil\u00eda en la Fiesta de San Ignacio, 31 julio 2013.<\/p>\n

[5]<\/a> Ib\u00eddem.<\/p>\n

[6]<\/a> Homil\u00eda en la fiesta de San Ignacio, 31 julio 2013.<\/p>\n

[7]<\/a> Discurso a la Civilt\u00e0 Cattolica, 14 junio 2013. <\/em><\/p>\n

[8]<\/a> Pio VII, Sollicitudo omnium ecclesiarum.<\/em><\/p>\n

[9]<\/a> Entrevista al P. Spadaro, septiembre 2013.<\/p>\n

[10]<\/a> Discurso a la Gregoriana y a los miembros del PIB y PIO, 10 abril 2014.<\/p>\n

[11]<\/a> Discurso a La Civilt\u00e0 Cattolica<\/em>, 14 junio 2013.<\/p>\n

[12]<\/a> Tenemos un ejemplo muy significativo en Co <\/em>101 (Examen<\/em>)<\/p>\n

[13]<\/a> Homil\u00eda en la fiesta del Sant\u00edsimo Nombre de Jes\u00fas, 3 enero 2014.<\/p>\n

[14]<\/a> Carta del P. Arrupe de fecha 12 diciembre 1966.<\/p>\n

[15]<\/a> Adem\u00e1s de los citados en el texto, ha pronunciado discursos a grupos de jesuitas y laicos que trabajan en diversos campos apost\u00f3licos: Congreso Latinoam\u00e9ricano de ex alumnos, (Noviembre 2015) Exalumnos de Uruguay, (Octubre 2013) Observatorio Vaticano, (Junio 2014, Septiembre 2015) Centro Astalli, (Septiembre 2013) Jesuit Refugee Service, (Noviembre 2015) Movimiento Eucar\u00edstico Juvenil. (agosto 2015)<\/p>\n

[16]<\/a> Monumenta Fabri<\/em> 399-402.<\/p>\n

[17]<\/a> Entrevista al P. Spadaro, septiembre 2013.<\/p>\n

[18]<\/a> Discurso a la La Civilt\u00e0 Cattolica<\/em>, 14 junio 2013.<\/p>\n

[19]<\/a> Entrevista al P. Spadaro, septiembre 2013.<\/p>\n

[20]<\/a> Homil\u00eda en la fiesta del Sant\u00edsimo Nombre de Jes\u00fas, 3 enero 2014.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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