El sábado por la mañana, antes de la primera Eucaristía presidida por el nuevo Superior General de los jesuitas, el P. Arturo Sosa, se celebró discretamente una corta liturgia, en el Gesù, en la capilla de las habitaciones de San Ignacio. Con el nuevo Superior General, estaban un miembro del Consejo general, el P. Joaquín Barrero, el archivista de la Compañía, el P. Brian Mac Cuarta, dos representantes de los electores y dl diácono elegido para la misa de acción de gracias. Nuestro fotógrafo estaba también presente.
Después de un momento de oración en silencio, el diácono leyó unos versículos del evangelio de San Mateo. En este pasaje, Jesús recordó a sus discípulos que tienen solamente un “Maestro” y que el más grande dentro de ellos debe hacerse el servidor de todos.
En el mismo espíritu, uno de los electores, el P. Bienvenido Nebres, recordó al nuevo General las cualidades que él se debe de manifestar, según la descripción hecho por San Ignacio en el 2º capítulo de la Parte IX de las Constituciones de la Compañía de Jesús. Dentro de los consejos del fundador se puede subrayar:
No busca la estima ni los honores de los hombres, busca más bien complacer sólo al Señor.
Ama a la Compañía no como posesión tuya, sino como algo que ha sido puesto en tus manos.
Recuerda finalmente que nos has sido dado como guía, para que podamos perseverar y crecer en esta vía hacía el cielo que es la Compañía.
A termina resta lectura, otro elector, el Hermano James Edema, presentó al General la Fórmula Instituti y el libro de las Constituciones, diciendo:
Recibe la Fórmula de nuestro Instituto y el Libro de la Constituciones, que te entregamos, a partir de hoy, como su custodio. Cuida del bien de la Compañía para que, con la gracia de Dios y con tu buen gobierno, este cuerpo que se confía a tu cuidado se conserve y crezca en caridad y en el servicio a Cristo y a la Iglesia su esposa.
En silencio, el pequeño grupo se unió a los muchos sacerdotes, en la planta baja, para comenzar la misa de acción de gracias.