Sin desvelar ningún secreto, podemos intuir que esta Congregación General no va a publicar un gran número de decretos. Pero habrá algunos! Cada decreto tiene su propia génesis. Comienza de una necesidad o una pregunta, que es identificada por muchos jesuitas.
En diciembre de 2014, se convocó la Congregación y comenzó el proceso de preparación. Las Congregaciones Provinciales produjeron postulados que fueron enviados a Roma. De acuerdo con la nueva Fórmula de la Congregación, se crearon comisiones para trabajar los postulados. Ellas tenían la tarea de preparar textos para ayudar en la sesión plenaria de la Congregación, de forma que nuestra reunión en Roma fuera lo más ágilmente al centro de su labor. Por ejemplo, días atrás hablamos de algunos de los temas estudiados por la Comisión Jurídica.
Para cada tema se forma un grupo de trabajo. En varias reuniones se discute la totalidad del contenido de las propuestas, se reúne material útil y se elaboran documentos de trabajo. Estos documentos se entregan a un grupo encargado de preparar el borrador del decreto. En este grupo se integra todo el material en una sola estructura y se escribe el primer borrador. Este texto es entregado a cada miembro de la CG y presentado en el aula. Entonces los 214 Jesuitas ahí reunidos, mostrando su vivo interés y deseo de colaboración, pueden hacer correcciones al texto. ¡Un primer borrador de 10 páginas puede producir 55 páginas de correcciones!
Cuando el grupo de trabajo se junta de nuevo, comienza el trabajo de integrar las propuestas y producir un segundo borrador. Cuando están satisfechos con el nuevo texto, se envía de nuevo a discusión en sesión plenaria. De nuevo, se pueden hacer correcciones, añadir o cambiar palabras, eliminar frases, reducir ciertas secciones. Estas correcciones han de ser votadas y finalmente el decreto en su totalidad ha de ser aceptado.
La experiencia de estos días es que el lenguaje humano es un instrumento extremamente sensible, que expresa pensamientos, convicciones y creencias de tal manera que gente que viene de muy distintos trasfondos pueda llegar a una propuesta comúnmente discernida.
Entonces ¿qué es lo que nos queda después de este largo proceso? ¿un texto que reduce todo el proceso a un mínimo común denominador? ¿o es un texto inspirado que puede orientar a la próxima generación de jesuitas? Creemos que la Compañía con un decreto busca inspiración. El Espíritu de Dios opera de forma silenciosa y escondida entre nosotros, liderando y expresando el mensaje de Dios a la Compañía a través de nuestras pobres palabras y pensamientos.